martes, 25 de noviembre de 2014

AFORISMOS

20/25 de Noviembre

"Saber retirarse a tiempo, también  es ganar"
"El recuerdo es el sabor amargo de tu comida favorita"
"Ignorante es aquel que le da la espalda al mundo"
"El remordimiento es peor que un dolor de muelas  en épocas navideñas"
"El amor es un chapuzón en el mar en pleno agosto"

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Capacidad de silencio y escuchar a los demás.

Desgraciadamente no, no todo el mundo es capaz de dejar durante un rato sus ideas de lado e intentar comprender otros puntos de vista. Para entender este tema es necesario el conocimiento de dos conceptos bien contrapuestos entre sí, empezaremos con la empatía ‘Dícese de la identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de otro.’ Mientras que, por otro lado tenemos el fanatismo, o en este caso al fanático  ‘Dícese de la persona que Que defiende con tenacidad desmedida, apasionamiento y ciegamente creencias u opiniones.’ 
Así pues, en un lado tenemos a las personas empáticas, que son capaces de pararse a reflexionar por muy convencidos que estén de su punto de vista en la opinión de otras personas, valorarlas, intentar entender cómo y porqué esa persona defiende lo suyo y tratar de comprender los argumentos que de, así puede darse cuenta de si está cometiendo algún fallo propio, ser capaces de llegar a un término medio entre ambas opiniones o en último caso ver aun mas claro su punto de vista y descubrir los fallos que pueda tener la otra.
En cambio, el fanático se va a negar a escuchar cualquier tipo de opinión contraria a la suya, pues como ya hemos dicho antes,  cree ciegamente en lo que se le ha inculcado o bien ha decidido creer por si mismo. Intentar mantener un debate o discusión con una persona así es prácticamente imposible, es como darse de cabezazos con una pared, puesto que no va a rebajarse siquiera al mínimo de intentar comprenderte y solo se va a perder el tiempo. Es una clara falta de escepticismo, sentido propio de la crítica y sin duda, también de personalidad.
Cualquier persona debería ser consciente de que incluso de lo que más segura pueda estar también pueda ser errónea, está claro que uno debe defender sus ideales, pero siempre con humildad y capacidad empática y autocrítica.

¿Se puede querer sin conocer?

En mi opinión es un ‘no’ rotundo. No se puede querer a una persona que no se conoce, sí puedes sentirte atraído por ella, pero querer implica una estrechez de lazos que sólo puede darse precisamente así, conociendo bien a la persona, compartiendo tiempo, experiencias, y con tiempo de por medio. A edades tempranas sobretodo tendemos a ser muy ilusos, y  ‘queremos’ muy rápidamente, el famoso ‘amor a primera vista’ y más tonterías derivadas, pero esto no es más que pura ficción. Se puede sentir una atracción física hacia una persona, al fin y al cabo todo entra por los ojos, pero el querer incluye sentimientos, y no puedes sentir hacia alguien que desconoces. Bajo mi punto de vista existen tres fases: La primera, la atracción, cuando alguien te llama la atención solo con verla y es prácticamente carnal, y poco a poco se va convirtiendo en más. La segunda, el gustar, en esta ya se han descubierto un poco más las cosas que hay entre ambos, hay más cartas sobre la mesa y ya es la última persona en la que piensas antes de ir a la cama. Tercera, el querer, cuando se llega a esta etapa ya es totalmente direccional, el resto de ‘posibles candidatos/as’ quedan muy atrás y solo se tiene ojo para esa persona, pues ya hay una implicación emocional fuerte y hay lazos estrechados. Y finalmente el enamoramiento, es la última y más potente de todas, donde te ves compartiendo tu vida con esa persona y vives por y para ella, compartiendo sueños e inquietudes. Una vez explicadas estas cuatro fases dejan bien claro que no, no se puede querer sin conocer, el problema está en que en ese momento de enchochamiento no somos objetivos, más bien todo lo contrario, y creemos querer cuando en realidad no es así, esto es un gran problema hoy en día, cuando muchas personas se hacen daño unas a otras por una confusión de sentimientos.