miércoles, 12 de noviembre de 2014

Capacidad de silencio y escuchar a los demás.

Desgraciadamente no, no todo el mundo es capaz de dejar durante un rato sus ideas de lado e intentar comprender otros puntos de vista. Para entender este tema es necesario el conocimiento de dos conceptos bien contrapuestos entre sí, empezaremos con la empatía ‘Dícese de la identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de otro.’ Mientras que, por otro lado tenemos el fanatismo, o en este caso al fanático  ‘Dícese de la persona que Que defiende con tenacidad desmedida, apasionamiento y ciegamente creencias u opiniones.’ 
Así pues, en un lado tenemos a las personas empáticas, que son capaces de pararse a reflexionar por muy convencidos que estén de su punto de vista en la opinión de otras personas, valorarlas, intentar entender cómo y porqué esa persona defiende lo suyo y tratar de comprender los argumentos que de, así puede darse cuenta de si está cometiendo algún fallo propio, ser capaces de llegar a un término medio entre ambas opiniones o en último caso ver aun mas claro su punto de vista y descubrir los fallos que pueda tener la otra.
En cambio, el fanático se va a negar a escuchar cualquier tipo de opinión contraria a la suya, pues como ya hemos dicho antes,  cree ciegamente en lo que se le ha inculcado o bien ha decidido creer por si mismo. Intentar mantener un debate o discusión con una persona así es prácticamente imposible, es como darse de cabezazos con una pared, puesto que no va a rebajarse siquiera al mínimo de intentar comprenderte y solo se va a perder el tiempo. Es una clara falta de escepticismo, sentido propio de la crítica y sin duda, también de personalidad.
Cualquier persona debería ser consciente de que incluso de lo que más segura pueda estar también pueda ser errónea, está claro que uno debe defender sus ideales, pero siempre con humildad y capacidad empática y autocrítica.

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